El Joven prodigio ahora en la Web!!!

Como no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague, he creado el anhelado Blog del Joven Prodigio. Acá podrás enterarte de lo último de su vida y sus pensamientos. Esperamos tus comentarios.

Mi foto
Nombre: marcolico
Ubicación: Conchalí, Santiago, Metropolitana, Chile

27 de marzo de 2007

Momentos Comunes

- A ver, a ver, a ver... no nos veamos el prepucio entre judíos, ¿pasó o no pasó algo?

- Mira el culiao alzao; las weás que pregunta.

- Ya poh, culoide, ¿hiciste el ollie o no?

- ¿Cómo gay?, no cacho.

- ¡A ya, oh! Seguro no cachai.

- Nopes. Explícate ¿o la weá es adivinanza?

- A ver... ¿te sabí la tabla o no?

- Yaaa... Walter, no preguntí weas, además, como dijo el wea "un caballero no tiene olvido" (Bwa ha ha!!!).

- Miren el shushesumadre misterioso. Si igual las weas igual se saben. Además, no nos veamos la cacha entre pacos, nos conocimos hace ocho mil años, no me vai a venir con esas weás ahora.

- Mmmmm no culiao. Oye, ¿y el Bob a que hora va a llegar?.

- Al tiro cambiando la conversa el maricón.

- Pero, ¿viene el culoide o no?.

- Dijo que sí. Debe estar por llegar el culiao.

- Ok. Oye, ¿y como van las cosas con la chiquitita?.

- Arghh... no preguntí weas.

- Viste que te gusta a ti no más. Parece que te fue mal con ella.

- Sabí, weón, mejor cambiemos de tema. No estoy ni ahí con achacarme.

- Ok. En todo caso preguntaba por si queriai hablar del tema. ¿Vamos a comprar algo por mientras?, antes de que cierren la boti.

- Yap, espérame un poco, voy a ponerme un polerón.

- Uhhh la weona delicada, no se vaya a resfriar.

- Ya culiao. Como voh andai vestido de oso no te cagai de frío.

- Ja ja ja. Apúrate mejor.

- Ya, men. Sale por mientras.

- Saca botellas, poh.

- Ya weón.



20 minutos después.


- ...entonces, viene el weón y le regala un shampoo a la Camila.

- Noooo, es que no podí. ¿Y ustedes que hicieron? –me pregunta Bob.

- Que íbamos a hacer: ¡recibirlo, poh!. El flayte venía saliendo de la cana. Ni cagando me iba a poner a despreciarle las weas. En todo caso, se lo regalamos a un viejo que venía en la micro. Ni weón del hoyo íbamos a andar con un shampoo carreteando.

- Uh, la weá indómita.

- Sí, culiao. Esas weás sólo pasan en Conchalí.

- Y en la cabeza de Chuck Norris –dice Walter.

- ¡¡¡A já já já já!!!!!

- Claro, en la cabeza de Chuck Norris, pero sólo si Axé Bahía se lo permíte.


Bob empieza a reírse como loco. Es una vieja talla esa, pero aún nos reímos. Bueno, en honor a la verdad, nos reímos sólo porque Bob se ríe. Su risa es contagiosa. Es el Passalacua de las tallas: si el se ríe, es gracioso... y nosotros nos reímos de su risa.


- Ufff, se me secó la boca, pásame la chela, Bob.

- ¿Y no querí este otro mejor? –Me responde haciendo un "Pato Yánez".

- Sale, culiao. Esas weás se la comen los pájaros –risas. Me acerca la botella–. Vale, compadre. Pasando a otro tema, ( está heladita la chela), ¿hay visto los capítulos de Lost?

- Sí, pero no pasa nada en la serie. La weá se estancó con cuática.

- ¡Putas, estos productores reshushasdesumadre, weón oh! La weá es alargar la weá pa que los weones la vean y compren todas las webadas que saquen relacionadas con la serie... En todo caso las figuritas de Mcfarlane Toys están filete, igual me compro una, pero prefiero gastar esa plata en comic.

- ¡¡¡El culiao ñoño, weón!!! –dice Walter mientras bota un gargajo al suelo.

- Y voh weón, no te hagai el weón. No nos pisemos la capa entre superhéroes, culiao, voh también erí ma ñoño que la chucha, weón –respondo mientras le pego una mirada de complicidad.

- Pero, voh erí más ñoño que yo, esa weá no la podí discutir.

- Ehhh... tienes razón, pero voh erí más maraco, gay de peso.

- Y voh, fleto, tení el ano como un subwooffer.

- ¡Que weá te pasa, ordeñador bucal de penes! Y voh, Bob culiao, no te riai tanto, si a voh también te sacan caca.

- Uhhh, el shushesumadre ordinario, weón oh... ¿No sabí hablar sin echar chuchadas, culiao?

- ¡No, culiao!. Y a tu hermana le gusta que hable así.

- Ya culiao... yo no tengo hermana.

- Si querí te hago una, maricón.

- ¡Sale, culiao! Pásame la chela mejor. Vale compadre... ¡chuchas, ya se fue la chela! Era... se nos banneó la chela...

- ¡No manches, güey! –digo con acento mexicano– Pus, la abrimos recién esa piche chela, cabrón. Y no queda lana para comprar otra, carnal. Y disque que yo tengo requete sed.

- Calmao, cabros. Esta weá se arregla al tiro.


Walter busca algo dentro de su morral. Sonríe con malicia y saca una botellita sellada de cerveza. Sonreímos aliviados. Llenamos nuestros vasos, los alzamos y digo con voz grave y solemne:


- Que bueno que quedaba una, muchachos. Es que sin chelas hablamos puras pelotudeces. Y ya no estamos en edad para comportarnos como pendejos: somos el Futuro de Chile. ¡Salud, señores!

- ¡Salud!

- ¡Salud!

* Esta historia fue editada para ser leída por todo espectador. Los nombres de los involucrados fueron cambiados para resguardeser la integridad moral de los afectados. Un saludo para Ricardo y Duarte.

20 de marzo de 2007

Disculpas Públicas

Antes que todo: discúlpenme.
Sí, sí, lo sé: he tenido demasiado tiempo botado el Blog. No he subido textos con la continuidad que había hecho costumbre. Pero es que he estado ocupado poniéndome al día en un asunto que había postergado durante mucho tiempo: mi juventud. Y es que, ya sea por un motivo u otro, siempre dejaba de lado el disfrutar de los placeres que sólo a esta edad me puedo permitir. Trabajo, estudios, familia, que sé yo, siempre había algo que me impedía ser un adolescente. Muchas responsabilidades. Las mismas que ahora. Salvo que hoy me doy el tiempo de ser un púber. Y lo disfruto. Y Mucho... A decir verdad, más que mucho.

En gran parte debo agradecer a Camila, o como le dicen mis amigos, San Camilo (gracias por el favor concedido, ¡¡¡Bwa ha ha haaa!!!). A esta chiquilla la conozco ya van a ser 5 años, pero tan sólo hace un par de meses que nos hemos empezado a conocer un poco más, y eso que nos juntábamos dentro del grupo todos los fines de semana. Cosas de la vida. Antes no nos agradábamos mutuamente y hoy lo pasamos la raja juntos. Destino Indómito, tal vez. En fin, pudiera extenderme mucho más dando ejemplos de cómo ella me ha ayudado indirectamente en mi Plan Maestro para este 2007 y de cómo me hace bien su compañía (puedo decir que Camila es terapéutica, al menos para mi).

Qué más queda decir, bueno, queda mucho, pero ese es otro cuento. Simplemente te agradezco los buenos momentos que me has hecho pasar, chiquilla, y espero que sigan siendo más y mejores. ¡Ah! Y que todo salga bien para lo de fin de mes. Esop.
Gracias Camila.


P.D.: Como dijo el sabio. “Lo que siente una mujer se le nota en el pelo”.